domingo, abril 27, 2008

La ciudad Luz

¿Que se puede decir de Paris que no se haya dicho antes?

Talvez una de las ciudades más famosas del mundo, y con gran avolengo de ser una explendida ciudad, reputación que se ha ganado a pulso, pues lo es.

Enrique IV de Francia, después de intentar conquistar Paris en un intento de golpe de estado, para sus hostilidades y se detiene a observar la belleza de la ciudad, el 25 de julio de 1593, se convierte al catolicismo momento en que se le atribuye la célebre frase París bien vale una misa (en francés: Paris vaut bien une messe)

Así bien, tomamos el eurostar en la estación de St. Pancras, en el centro de Londres, y dos horas después, nos encontrabamos en la estación Gare du Nord, en pleno Paris.


Tomamos el metro para llegar a nuestro hostal, he viajado ya por varios metros del mundo y uno de los más similares al de ciudad de México ha sido el parisino, claro que en lugar de tipos con guitarra cantando canciones de Arjona, habia tipos con acordeon cantando La vie on rose, jaja... y hasta vimos uno con un contrabajo tocando una pieza de Bach.

La primera parada fue, la Torre Eiffel, debo de confesar que fue una vista impresionante, subir las escaleras de la plaza y encontrarme con el monumento, que pese haber despertado severas críticas cuando fue construido por "romper con la arquitectura de Paris" es ahora el símbolo, no solo de la ciudad, sino del pais.



Después de caminar por la torre y sus campos aledaños, nos fuimos hacia el arco del triunfo. También impresionante, yo conocia, los arcos Romanos que están junto al coliseo, y el de Barcelona, pero el parisino es mucho más imponente y grande; sin lugar a dudas, Napoleón quizo que no quedaran dudas del esplendor de su imperio.



Caminamos por los campos eliseos, hasta llegar al museo de Louvre, un muy bonito edificio, adornado por la también polémica piramide de cristal, que a mi, en lo personal, me gusta y siento que le da un toque de modernidad a la plaza.


Caminamos después por el Sena, y regresamos hacia la torre Eiffel, después de hacer una parada para comer en un pequeño café, donde comprobé que la especialidad de los franceses son los postres. De regreso en la torre, ya de noche, pudimos ver un espectáculo de luces, muy interesante y con esa visión, nos fuimos a descansar.


Al otro dia el Louvre, pero visitado por dentro, que increible museo, muy vasto para recorrerlo en un dia, a pesar de las 6 horas que estuvimos dentro, y pasando rápidamente de sala a sala, nos quedaron algunas cosas por ver. Mención especial, además de las obras clásicas (la Mona lisa, la Venus de Milo, la Victoria de Samocracia) a las salas de los antiugos reyes de Francia, definitivamente ostentosas y espectaculares.



Otra parada fue la Iglesia del Sagrado Corazón, desde donde se puede gozar de una magnífica vista de la ciudad.


Después, Anton me llevó al Due Moulin, el café donde fue filmada la película de Amelie, asi que ahi, después de tomar unos kir royal, unos cognacs y unas tapas, continuamos nuestro camino, para conocer, al menos por fuera, el famoso Moulin Rouge, y caminar por la zona, que resulta ser una de las zonas rojas de la ciudad; y por cierto es muuy parecida a la colonia condesa en México, asi que ya saben, tenemos la arquitectura de una zona roja parisina jajaja.




Al otro dia, fue le dia de subir a los monumentos, primero subir a la torre Eiffel, los primeros pisos por las escaleras y los superiores por el elevador, evitando asi la enorme fila que habia para tomar el elevador desde el nivel de piso. En el mirador principal, tienen marcadas las direcciones y las distacias a las principales ciudades del mundo, por lo que supe que me encontraba a 9,210 km de mi ciudad natal.


También aprovechamos subir a las torres de la Iglesia de Nuestra Señora de Paris, para contemplar la vista, adornada por las famosas gárgolas.



Les recomiendo que saliendo de ahi, se tomen una sopa de cebolla en el café Le Quasimodo, Notre Dame, a una cuadra del templo, realmente exquisita.



También no dejamos de visitar la estatua de la libertad, y esta foto, sucita multiples interpretaciones políticas y sociales, que las dejo a su interpretación, si se toman en cuenta los últimos acontecimientos de la política global.



Paris y su ambiente bohemio me cautivaron, si bien no sería justo compararlas con otras ciudades que también me han gustado mucho como Londres, Viena o Roma, cada una con su encanto especial y muy particular. Pero si, Paris, bien vale una misa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A los seguidores de tu blog, con cada una de estas actualizaciones, nos estás haciendo un sucinto pero más que bonito recorrido informativo por los principales puntos de Europa. Imaginé que París no podría ser la excepción en tu trayecto.

La última foto me ha parecido particularmente interesante, y como dices, sirve para reflexionar bastante. Recordaré el dato de la sopa de cebolla de la que hablas.

Un saludo.

Strega: Mater Tenebrarum, Dame Merencoly. dijo...

mmmm París, qué deliciosa es París ¿de qué color dirías qué es París?

Gracias por hacerme recordar una de mis ciudades favoritas y me alegra que te haya acogido tan majestuosamente.

¿visitaste Cluny?

Anónimo dijo...

ok ok... y las parisinas?

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