Hay muchas cosas en este mundo que escapan a mi comprensión, o talvez no escapan, sino la sobrepasan. Y que me hacen sentir a veces abrumado, pero a la vez vivo.
Hoy fue una de esas noches
Durante los últimos días he estado pensando en varias cosas, incluso poniéndolas por escrito para liberarlas de mi mente, aunque sea en parte; en partes. No viene al caso detallarlas. Pero si talvez decir que estaban ahí, dando vueltas y vueltas.
De pronto, todo se sincroniza, una cosa lleva a la otra, toda causa tiene su efecto y todo efecto tiene su causa, todo fluye y refluye.
Por un próximo viaje, comencé con la lectura de “The mist of Avalon” el cual detallaré cuando termine en “Ex libris”, pero sólo comenzar dos párrafos saltan a mi vista como llamas en medio de la niebla:
"...For this is the great secret, which was known to all educated men in our day: that by what men think, we create the world around us, daily new."
"...For all the Gods are one God, and all the Goddesses are one Goddess, and there is only one Initiator, and to every man his own truth, and the God within."
Increíble pienso, es una más de esas veces que pasa que llevas un buen rato pensando algunas cosas...y que de repente lees un libro y están ahí, lo que pensaste, así como si el libro estuviera "platicando" contigo lo que traías en la mente. Recuerdo que algo había leído después de una conversación con una amiga, sobre la teoría de la sincronización de Jung. Así que quiero saber un poco más, entro a Google y pongo "Sincronización Jung" y uno de los primeros enlaces que leo, hace referencia, casi casual, entre otras cosas, a un cuento de Borges. “El jardín de los senderos que se bifurcan”.
Presuroso, como siempre que el gran Maestro Borges se cruza por mi camino, busco el cuento y lo leo, termino y quedó abrumado, en efecto el cuento hace una pequeña referencia a la teoría de Jung, entre su narración, pero no, la referencia mayor es sobre la teoría de los multiuniversos.
Y quedo en schock pues, sólo una noche antes, estuve pensando grandemente en esa teoría y su relación con el destino.
“...El jardín de los senderos que se bifurcan es una imagen incompleta, pero no falsa, del universo tal como lo concebía Ts’ui Pên. A diferencia de Newton y de Schopenhauer, su antepasado no creía en un tiempo uniforme, absoluto. Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades. No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos. En éste, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravesar el jardín, me ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un error, un fantasma.”
Después releo el cuento, como todo cuento de Borges, no admite sólo una lectura.
Y al llegar al principio leo que fue escrito en 1941. La teoría cuántica de los multiuniversos de Everett, que yo conocía, fue escrita a finales de la década del 50.
Es demasiado, demasiados caminos entrelazados. Respiro, salgo a fumar, regreso y necesito escribir esto…que tal vez no sea de interés, pero era necesario plasmarlo.
Three gains of those who heed the advice of the Old ones: Illumination, wisdom and clarity.
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1 comentario:
Creo que existe un amplio consenso dentro del submundo de la crítica especializada, en considerar a éste como uno de los más notables cuentos de Borges. ¡Y vaya sí llevan la razón!
Lo que me resultó maravilloso de tu anécdota es cómo a partir de una lectura, de una concatenación de ideas y de una simple búsqueda en el Google, se puede desembocar en una obra de Borges. Ése tipo de fenómenos hubiesen sido, sospecho, de gran interés para él.
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