Sabemos que el mundo es una suma de inequidades e injusticia, que en todos lados las hay, que a veces son ya lo normal. Sin embargo eso no hace que me sienta menos indignado y más bien triste por lo que pasa a mi alrededor.
Todo empieza al entrar, 1700 obreros por una puerta y unos cuantos entramos por otra, sin hacer fila, sin nada. Después los tratos "respetuosos" con el que se dirigen a ti, pero que más que respeto demuestran sumisión. Comentarios tan desafortunados de algunos supervisores de construcción como "al menos ustedes comen con la gente, a mi me mandan con todos los pinches obreros". Si, hay niveles laborales, pero ¿porque tiene que haber niveles humanos? Pero lo más triste no es que la gente en su ignorancia se crea superior o trate de mostrar su "autoridad" menoscabando y mostrandose irrespetuosa, no, lo más grave es ver como aceptan con sumisión este trato sin alzar la cabeza ni la vista, que sea, lo que el patrón quiera.
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El Calor. Talvez será mi falta de costumbre, talvez tengo algún error genético que hace que mi piel me reclame en forma de ardor durante horas el exponerla unos minutos al sol de aqui, a pesar de que ya se ha subido obscurecido varios pantones , y sude tanto como nunca pensé que podría, pero el calor es agobiante, siempre que salgo regreso mareado...no quiero ni pensar en como será para todos aquellos "mojados" que tienen que cruzar el desierto por horas.
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La vida de la ciudad es ajetreada, siempre me lo habian dicho, pero yo lo veia como algo tan normal que no reparé hasta vivir en provincia, parece que la vida no les transcurre, necesito esa celeridad citadina. Extraño aún el tráfico, pero bueno, algo bueno me deberá dejar.
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El insomnio volvió, después de haberme dejado domir bien durante tres semanas, otra noche sin dormir. Creo que se vino caminando desde Ciudad de México, pero finalmente me alcanzó.... eso si no lo extrañaba, fue bonito dormir, mientras duró.
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Cada libro tiene varias historias, muchas, pero al menos dos; la historia que cuenta y la historia de como llegó a ti y te ha acompañado. He terminado ILIUM de Dan Simmons, y aunque hago el comentario al mismo en EX LIBRIS, no quiero dejar de comentar la historia de este libro. Lo compré en Pennsylvania, durante mi viaje de diciembre de 2005, por azares del destino y una gran pila de libros antes, lo comencé a leer en el viaje a Italia en diciembre de 2006, aunque avance un poco en casa, la siguiente lectura fuerte fue en mi viaje a Michigan y finalmente ahora en este viaje a Tamaulipas lo he acabado. Fue mi libro de viajes, el libro que recorrió conmigo varios lugares muy interesantes y que seguramente tiene parte de ese virus de wanderlust que me infecto gracias a estos. El libro se acabó, pero mis viajes apenas comienzan.
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