Como comenté en la entrada anterior, el viaje decembrino de este año fue a Italia. El trabajo me llevó a Bérgamo.
Bérgamo (Bérghem en lombardo - Bergamo en italiano) es una ciudad de Italia, en la región de Lombardía, unos 40 km al noreste de Milán. Las estribaciones de los Alpes comienzan al norte de la ciudad.Bérgamo ocupa el lugar de la antigua ciudad de Bergomum, un municipio romano destruido por Atila en el siglo V. Entre 1264 y 1428 la ciudad fue controlada por Milán, pero pasó al control veneciano hasta 1797; los venecianos fortificaron la parte alta de la ciudad. Después de la ocupación napoleónica fue ciudad austríaca hasta 1859. Cuenta con aproximadamente 117,000 habitantes. Es una ciudad pequeña, bueno, comparada con la ciudad de México, cualquier ciudad europea es pequeña.
Llegué ahi el domingo 10, después de un viaje de 16 horas desde que salí del aeropuerto de la ciudad, era, también, la primera vez que pisaba el viejo continente, pues mis viajes se habian limitado a los tres paises de Norteamérica, únicamente. Obvimente perder un día así y sin dormir más que por ratos en el avión tenia a mi cuerpo en calidad de crudo, pese a ello, me salí a pasear por la ciudad.
Mi hotel estaba a 5 minutos caminando, de la estación de trenes, en pleno centro de la ciudad. A unos 15 minutos caminando estaba el funicular que nos llevó a la Città alta, la ciudad medieval fortificada que fue construida cuando era parte de la Serenísima.
Al llegar a la Città Alta te transportas a otro mundo, erificada sobre una loma, de 116 m sobre el nivel de la ciudad baja, y con murallas que la protegian como todo un fuerte, con varios niveles, y calles pequeñas. Por un momento me sentí en Minas Tirith jajaja....
También ahi probe mi primera pizza italiana, diferente a lo que estamos acostumbrados en este lado del charco, poca masa, mucho relleno y eso si, ningún tipo de salsa o catsup para acompañarla. El sazón muy bueno. A la hora de la bebida, pues sólo habia (y en toda la ciudad) de tres, Vino, agua (mineral o natural) y Chelas. Así que, para seguir la tradición local, pedí un vino. Bastante bueno, ya que, teniendo en cuenta que a mi no me gusta, pues se dejó tomar.
Construcciones muy impresionantes y bellas.
A destacar:
A destacar:
El fuerte de la Rocca, desde donde se domina toda la ciudad (alta y baja)
la Iglesia de Santa Maria Maggiore, hermosa construcción en la plaza principal de la Città Alta
Dommo del bautismo, a un costado de Sta. Ma. Maggiore
La puerta de San Giaccomo, entrada principal de la ciudad
La torre reloj sobre la Avenida principal (Papa Giovani XXII) a una cuadra de mi hotel
Una Iglesia al frente de la torre del reloj, cuyo nombre escapa a mi memoria, por el momento.
Obviamente hay muchas fotos que ver, tomé al rededor de 250 en el viaje, pero por cuestiones prácticas, sólo les comparto estas, que me parecieron las más representativas.
Y para que vean que si fui a trabajar, los compresores que fui a inspeccionar... pero se que eso tampoco es de demasiado interés para ustedes.
Y para que vean que si fui a trabajar, los compresores que fui a inspeccionar... pero se que eso tampoco es de demasiado interés para ustedes.
Esperen la segunda entrega de esta aventura...
1 comentario:
Que maravilloso lugar, esas ciudades europeas fortificadas son una belleza. Que deliciosa piza, en horno de piedra, cocinadas con fuego de madera, sencillamente exquisitas y que bueno que tomaste vino, que por esas tierras el vino del más humilde local de comida es francamente exquisito.
Ji ji ji, también los compresores esos están bastante interesantes =P
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