Los ochenta y principios de los noventa, fueron para mi una década extraña en cuanto al entorno social que me rodeaba y mi integración a este. Fui un niño y puberto raro, lo sé, era feliz escuchando los arreglos de waldo de los rios a la música académica (el arreglo al concierto 2 de piano y orquesta de Rachmaninov es muy bueno por cierto) o con la carmina burana de Carl Orff, que creo que fue de los primero CDs que compré, cuando empezó a salir este "nuevo" formato, en aquellos días de secundaria.
Así que la mayoría de la música que escuchaban mis contemporaneos me era ajena y alguna hasta desagradable. Pero hubo tres excepciones, en las cuales si entre de lleno al mundo pop ochentero, una fue la legendaria Madonna, el segundo el trio español Mecano y por último el trio de mexicanas, Pandora.
Conforme mi pubertad pasó y mi adolescencia y juventud arribaron, mis gustos musicales no cambiaron pero si se ampliaron y empecé a hacerme más amigo de la música popular, tanto el pop como el rock, empezaron a ser parte de mi repertorio. Llegaron los 90 y conocí a otros dos referentes que he seguido por mucho tiempo, de una pequeña isla europea, The Cranberries y Enya.
Actualmente en mi computadora tengo varios gigas de todo tipo de música, realmente muy variada, desde un Preludio de Bach hasta Hard Rock rumano, pop, rock, académica, new age, jazz, blues y tantos otros géneros que ahora son de mi completo agrado, sin embargo esos cinco referentes de mi niñez-pubertad-adolescencia siguen estando en un punto de privilegio contra los demás.
Lá música que escuchas forma parte de ti por mucho tiempo. "Esa música que forma parte de la banda sonora de mi vida" fue la frase del dia de ayer. Y es que tuve la oportunidad de asistir al concierto en el Auditorio Nacional de Ana Torroja, con su gira la fuerza del destino, que sirve de presentación a su disco "Me cuesta tanto olvidarte". Y es que fuimos muchos los que crecimos Influidos por su voz y el talento de los hermanos Nacho y José María Cano, quienes en 1988 graban su último disco y cinco años después deciden separarse de manera definitiva.
En "Me cuesta tanto olvidarte" se incluyen 13 temas del repertorio que marcó la carrera musical de Mecano Humano, como originalmente se llamaría el grupo de este trío de españoles. Entre las canciones de dicho disco, que podría tener un volumen II, se encuentran "las canciones más reconocidas e importantes" como Barco a Venus, Cruz de navajas, La fuerza del destino, Los amantes, Aire, Me cuesta tanto olvidarte y Mujer contra mujer.
Pero estos temas, aunque muy conocidos, son a la vez desconocidos, "pues se trata de versiones diferentes", con arreglos más bien de tipo acústico y con la novedad de que Hijo de la luna pierde ese aire gitano para convertirse en un huapango, que transforma la emblemática canción del grupo, así como otros arreglos que dan frescura a los temas.
El disco fue producido en México por Aleks Syntek, músico con el que Ana Torroja tiene una amistad desde que colaboró con él en el tema Duele el amor.
La voz de Ana ha sonado desde hace más de 20 años y desde 1997 con sus "Puntos cardinales" inició con éxito una carrera en solitario que le ha dejado otros tres discos de estudio: "Pasajes de un sueño", "Frágil" y "Esencial", además de "Girados", un disco doble de la gira homónima que realizó a lado de Miguel Bosé y en el que se recogen los mejores temas de ambos.
Pero la fuerza del destino, nos hizo coincidir, así que ahi me tienen, en noche de miércoles escuchando a la cantante de 47 años, rodeado de un público que va de los 20 a los 45 años, todas esas generaciones que gustamos de la música de Mecano y nos gusta recordar.
Es la primera vez que voy al auditorio nacional, y ciertamente la primera que voy a un concierto de pop/rock, pues aunque en inumerables ocasiones he asistido a conciertos de música académica o jazz, no me habia dado la oportunidad de estar en uno de música popular.
El espectáculo no fue grandilocuente o con efectos exagerados, de hecho efectos y coreografías más bien modestas y simples, lo que no le quita mérito, pues estaba bien hecha y cuidando detalles.
Fue una mezcla entre temas tradicionales y arreglos nuevos. Torroja aprovecho estar en México para invitar a Aleks Syntek al escenario para cantar con él Duele el amor. Canté, bailé y me divertí como enano. El hecho de estar en un escenario frente al público es algo maravilloso, que realmente extraño, sin embargo ser parte de ese público y dejarte integrar a ese movimiento colectivo por unas horas es también reconfortante.
Como es de esperarse Ana se despidió muchas veces y se le pedía que volviera al escenario con una nueva canción. Finalmente el desenlace llegó y el espectáculo se cerró con una versión en huapango, acompañada de mariachi de Hijo de la Luna. Debo confesar que aunque sonaba extraño el resultado del experimiento de Torroja y Syntek fue bueno.
Volver a escuchar, y en esta ocasión, en vivo, los temas que como dijo Torroja al inicio "forma parte de la banda sonora de mi vida" fue reconfortante y emocionante.
Mención especial a la muy agradable compañía en el concierto, dos amigas, Ana y Rita que comparten ese pequeño gusto.
Y como comentario gracioso, a los 47 años, pero Torroja ya aprendió que no se dice "hicisteS" o "dijisteS" jaja
Este 15 de noviembre, en Londres, a Enya, con más de 65 millones de discos vendidos a lo largo de su carrera le fue concedido su sexto galardón.
