lunes, noviembre 13, 2006

El Laberinto del Fauno



Este domingo por fin pude ver El Laberinto del Fauno; la última película de Guillermo del Toro.

Esta película ambientada en la España Franquista de finales de la segunda guerra, es un precioso cuento de hadas. Y es que no hay otra forma de describirlo, talvez no apto para niños de primaria, un cuento de hadas al fin.

Del Toro nos lleva a 1944, y cuenta el apasionante viaje de Ofelia (Ivana Baquero), una niña de 13 años que junto a su madre, Carmen (Ariadna Gil), convaleciente a causa de un avanzado estado de gestación, se traslada hasta un pequeño pueblo en el que se encuentra destacado Vidal (Sergi López), un cruel capitán del ejército franquista, nuevo marido de Carmen y por el que Ofelia no siente ningún afecto.

La misión de Vidal es acabar con los últimos vestigios de la resistencia republicana, escondida en los montes de la zona.

También ahí se halla el molino donde Vidal tiene su centro de operaciones; en él les aguardan Mercedes (Maribel Verdú), una joven que se encuentra a cargo de los demás miembros del servicio, y el doctor (Alex Angulo), que se hará cargo del delicado estado de salud de Carmen.

Una noche Ofelia descubre las ruinas de un laberinto donde se encuentra con un fauno (Doug Jones), una extraña criatura que le hace una increíble revelación: Ofelia es en realidad una princesa, última de su estirpe, a la que los suyos llevan mucho tiempo esperando. Para poder regresar a su mágico reino, la niña deberá enfrentarse a tres pruebas antes de la luna llena. En el transcurso de esta misión, fantasía y realidad se abrazan para dar rienda suelta a una maravillosa historia donde la magia que rodea a Ofelia nos transporta a un universo único, lleno de aventuras y cargado de emoción.

La violencia contenida y caracter duro del Capitán Vidal, contrasta con la ilusión y magia del mundo de fantasía de Ofelia, un clarobscuro necesario para contrastar la realidad con la ficción, los sueños e ilusiones con la crudeza de la vida. "No te temo" decía Ofelia al gran sapo, sin embargo el enojo de Vidal la hacia estremecerse. La narrativa que mezcla lo adulto con la niñez dan un muy buen sabor de boca al espectador que no termina por adentrarse y perderse en ninguno de los mundos, sino en un vaibén como las olas navega en la trama.

No es una película violenta, es una película que contrasta el realismo del comportamiento humano con la ilusión del comportamiento fantástico, no hay terror, no hay humor simplón, si bien unos toques de humor negro. Es, como al principio fueron todas las fábulas, cruda pero a la vez llena de ilusiones.buen

La inocencia priva frente a la sádica realidad y los verdaderos monstruos que son la guerra y la represión.

1 comentario:

Errantus dijo...

Me encanta tu forma de describir la peli, Al. Una buena apreciación sobre los alucinantes contrastes de una película tan dulce y tan cruda a la vez. Y me encanta que también te gustara, así podremos comentarla la prróxima vez que nos veamos.

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